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‘’Me quiero ir’’. ‘’Esta Ciudad no me gusta’’. ‘’Este lugar no es para mi’’. ‘’Quiero ser independiente’’.

Frases que se suelen escuchar entre los jóvenes de 18 a 30 años. Cansados de depender de sus padres, y con ciertas motivaciones que los atrae, agarran sus maletas y emprenden un viaje en búsqueda de una nueva vida, de lo desconocido.

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Sin embargo, no todos aspiran a lo mismo, ni todos se animan a dejar su hogar a la misma edad y con las mismas condiciones. Hay quienes se atreven a partir una vez terminada la secundaria; otros para estudiar y formarse; y otros dejan pasar unos años, ahorran y se van con su título universitario en mano en búsqueda de un trabajo en situación de dependencia.

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Las razones son amplias e indiscutibles, como así también los lugares que eligen para establecerse de forma definitiva.  Es así que los jóvenes europeos hoy en día se dividen por los que deciden partir a la parte norte del continente, sobre los que optan por migrar al sur. Cada uno consta con personalidades,  aspiraciones y deseos diferentes, pero todos buscan libertad económica y personal.

 

Eurostat establece que más de la mitad de los inmigrantes que llegan a Europa del Norte: Reino Unido, Luxemburgo o Irlanda tienen títulos universitarios o FPs de segundo grado. Distinto a los países del Sur que migran, en general, quienes solo tienen  educación secundaria básica.

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A su vez, se asume que en el Sur abunda la generación de los ‘’ni-nis’’. Comprendiéndose como aquellos jóvenes que ni estudian, ni trabajan. Según los datos recopilados por Eurosat, el 'ninismo' tiene mayor impacto entre la población inmigrante visto que se consideran una economía pasiva.

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Por su parte, Grecia, Croacia e Italia son los países que más ‘ni-nis’ extranjeros tienen: un 44%, 37% y 36% de sus jóvenes no nativos ni estudia ni trabaja, respectivamente; mientras que países como Dinamarca, Luxemburgo solo cuenta con  un 11% de los jóvenes inmigrantes 'ni-ni', de esta forma cuenta con mayor población joven activa.

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Ahora bien, es necesario comprender cuáles son las principales causas de este fenómeno europeo, qué los motiva, cómo eligen un lugar sobre otro. A su vez, es esencial comentar qué consecuencias puede traer para la población  y economía europea estas ‘’olas migratorias’’.

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Ancla 1
Cada vez más jóvenes europeos deciden mudarse a otras ciudades del continente en búsqueda de trabajo, una mejor educación, amor o persiguiendo ideologías

La generación z

cruza fronteras:

MIGRAR AL NORTE O AL SUR DE EUROPA ES LA CUESTIÓN

   Edad en la que los jóvenes deciden ser libres   

Según Ismael Nafría, periodista y escritor: ‘’Las diferencias entre los distintos países europeos sobre la edad en la que los jóvenes se emancipan son cada vez más diversas’’. Además, afirma que los los jóvenes del sur suelen tardar casi cuatro años más que los del norte para dejar la casa de sus padres.

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Eurosat establece que la media europea para abandonar el hogar responde a 26,1 años. Los  jóvenes que deciden emanciparse más rápido son los escandinavos. En Suecia, dejan la casa de sus padres a los 19,6 años de media, en Dinamarca a los 21 y en Finlandia a las 21,9.

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Distinto a los jóvenes de Croacia, que recién los hacen a los 31,9 años. Mientras que en Eslovaquia logran irse a los 30,7 y en Malta a los 30,1 años.

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Por su parte, España es el octavo país en el que los jóvenes se van más tarde, visto que lo hacen a los 28,9 años de media. Cabe destacar, que Italia, Grecia, Bulgaria y Portugal, abandona su casa a una edad superior a la de los españoles.

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Por otro lado, es esencial mencionar que las mujeres son quienes se van de casa antes que los hombres. Es así, que la media europea para los chicos es de 27,2 años, mientras que las chicas se van de casa con 25 años, 2,2 años más jóvenes de media que los chicos.

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En el caso de España, los chicos permanecen en el hogar de sus padres hasta los 29,8 años de media, distinto a las chicas lo hacen hasta los 27,9.

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Dentro del continente europeo los países que constan con una mayor diferencia de emancipación entre hombres y mujeres son: Bulgaria (31,3 años los chicos, 26,8 años las chicas), Rumanía (30,7 años los chicos, 26,2 años las chicas) y Croacia (33,7 años los chicos, 30,2 las chicas).

En un mundo globalizado, la conexión es constante, los mercados se vuelven mundiales, las economías se transforman en macroeconomías, los países se tornan en regiones; & los individuos se convierten en ciudadanos del mundo.

   Causas de abandono del hogar   

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Si bien, abandonar el país natal pudiese ser un desafío personal o aventura, hay ciertas cuestiones que hacen a que los jóvenes dejen su hogar con mayor o menor prisa. Las principales razones por las que los jóvenes deciden migrar de su país son: búsqueda de empleo, mejorar su nivel educativo, el amor, y las ideologías políticas, en última instancia.

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Según el Instituto para la Sociedad y las Comunicaciones de Vodafone en seis de los países más importantes de Europa (Reino Unido, Alemania, Italia, Holanda, República Checa y España) se estima que más de la mitad  de los europeos considera constantemente en mudarse a otros países en busca de trabajo.

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Los jóvenes españoles, junto con los italianos, son los que menos confianza tienen en su país a la hora de buscar un empleo. Tres de cada cuatro cree que hay mejores oportunidades laborales en el extranjero, especialmente en Europa del Norte. La cifra contrasta con la de Alemania, en el que solo el 21% de los jóvenes elegirían trasladarse al extranjero para trabajar.

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El estudio también establece que los holandeses (71%) y los alemanes (66%) son los más optimistas acerca de su futuro laboral sea en su país o fuera de él. De esta manera afirman que no tienen la necesidad de trasladarse de su lugar de origen. Mientras que los italianos (41%) y los españoles son más pesimistas  (49%), y por eso deciden migrar. Esto está directamente relacionado a su nivel educativo alcanzado a la hora de buscar trabajo y a la situación económica de cada país.

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La crisis económica que sufrieron los países del Sur dejó grandes tasas de paro históricas que afectaron especialmente a la población juvenil, gestando así una población inactiva.  Si bien, con el pasar del tiempo, la situación ha mejorado, y el número se ha revertido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) afirma que los países del sur son líderes en paro juvenil con un 37,9% de menores de 25 años desempleados.Por estas razones, el 28% de los jóvenes, de entre 20 y 43 años, que se encuentran en inactividad, falta de trabajo, deciden emigrar del país en búsqueda de trabajo.  

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Según un informe de Eurosat el número de inmigraciones españolas lidera el ranking, España se sitúa por debajo de Suecia (34%), puesto que el número de jóvenes españoles que vive en el extranjero creció un 79% entre 2009 y 2017.

Cabe destacar, que el nivel educativo es fundamental para tomar la decisión de irse o quedarse, y es así, que se estima que quienes consagran con un nivel más alto toman la decisión de irse más rápido. La fundación Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) reivindica que los jóvenes del sur se sienten poco preparados para desplazarse y competir con el resto de las personas, producto de su nivel educativo bajo.  Es así, que el 36% afirma no sentirse listo por completo para buscar empleo, mientras que el 66% de los alemanes y el 59% de los británicos se siente totalmente preparados para enfrentarse a una ocupación laboral.

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Los británicos, salen de su país mayoritariamente entre los 22 y los 25 años, y los alemanes en general a los 24 años, ya que son casi el 75% del total los que toman esa decisión los que lo hacen a esta edad.

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Cabe destacar, que el 21% de los inactivos jóvenes del sur  están dispuesto a desplazarse dentro del país para encontrar trabajo, y tan solo un 15% se considera preparado para mudarse a un país del norte de la U.E.

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Por su parte, el bloque de países comunitario estima que el 50% de jóvenes desempleados de entre 20 y 34 años no quieren trasladarse para buscar trabajo. Los países que superaron los dos tercios de desempleados jóvenes que se consideran que no están listos para ir a otro país a buscar trabajo son:  Malta (73%), Países Bajos (69%) y Chipre (68%).

Con lo que respecta a materia educación,  la Comisión Europea estima que un gran porcentaje decide residir en otro país europeo distinto al del país de origen, con afán de mejorar sus estudios.  La mitad de los europeos vive afuera de su lugar de origen. En su mayoría como consecuencia de las becas europeas Erasmus o Sócrates, que cada año dan la oportunidad a miles de estudiantes universitarios de ampliar sus estudios en otro país de Europa.
 

En países como Alemania, Francia, y Dinamarca hay una gran oferta de becas que ayudan a los estudiantes, no sólo a pagar el alquiler, sino también a tener un fácil acceso a ofertas culturales cuyo precio suele ser elevado sin el descuento.

Es verdad que la independencia económica no es absoluta. Los jóvenes se benefician de becas estatales y, a su vez, del sustento económico de sus familiares.

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Francia cuenta con una ayuda estatal para la vivienda que se ofrece a todos los estudiantes, sea cual sea la renta de los padres. Como por ejemplo la beca CAF (Caisse d’allocations familiales) con la que jóvenes  franceses como de otros países de Europa, pueden residir en el país con cierta reducción de sus gastos a causa de esta ayuda estatal.  Además, ahora consta también con la nueva tarjeta de reducción joven. En la que los mayores de edad que aún no alcancen la treintena (18 a 27 años) pueden obtener hasta el 60% de rebaja en diversas situaciones, como por ejemplo: viajar en tren, desayunar, comer o cenar en los restaurantes universitarios (Resto U), mitad de precio en cines, museos y teatros, entre otros beneficios.

 

Por su parte, Noruega consta con universidades y las escuelas superiores de alto prestigio gratuitas (hay excepciones, sobre todo en el campo de la economía y de las artes). Inglaterra, también tiene becas, subvenciones, bolsas de estudio, premios con dotación económica, préstamos para los estudiantes europeos que deseen realizar sus estudios en el Reino Unido.

 

Más allá de la importancia de encontrar una actividad económica sustentable, el amor impulsa a ciertos jóvenes europeos a cruzar fronteras. Según la periodista Maribel Nuñez, el 30%  de los jóvenes se han marchado a vivir a otro país para acompañar a su pareja y el 24% para mejorar en calidad de vida.

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Los países europeos  del sur se han vuelto el lugar para mejorar la calidad de vida, descansar del estrés que trae consigo vivir en el norte. España es el lugar para quienes buscan tener un ritmo de vida más pasivo. Italia, por su parte, es el lugar de los europeos que se trasladan para seguir a sus compañeros sentimentales o a sus familias.

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Por último, ciertos jóvenes deciden mudarse en función de su ideología política. Si bien, es un número minoritario cabe mencionar esta particularidad. Este grupo decide migrar por tendencias políticas a otro país. En general están comprometidos políticamente y suelen ser más de izquierdas que la media de los países de los que proceden. Además, los expatriado muestran interés por los asuntos políticos del Estado al que viajan, sobre todo cuando llevan un tiempo residiendo en el mismo, lo que justifica que su participación en las elecciones europeas sea ligeramente superior a la media local.

   Diferencias entre el norte y el sur europeo   

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Antes de la actual crisis económica y de deuda en Europa, investigadores de la Unión Europea adjudicaban que entre los 27 estados miembros existe una gran diferencia con respecto al poder adquisitivo de cada Estado. Desde hace años, se repite la misma historia, Ramon Aymerich,  periodista y especialista de economía dice:’’ En el norte viven los ricos, en el sur los menos pudientes’’. Además, explica que en el norte hay un capital humano más instruido, preparado, la industria está más desarrollada, consta con sistemas educativos más altos, los sueldos son más elevados. De esta forma, se construye un sector más desarrollado a nivel socioeconómico. A su vez, el periodista afirma que el sur se destaca por haber hecho del ‘’sol y las playas’’, un gran negocio. Sin mayor esfuerzo, explotó el turismo, entre otras actividades económicas. Sin embargo, estas se vuelven minoritarias con respecto al sistema industrial que se montó en el norte.

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A su vez, existe una gran influencia cultural en ambos sectores europeos. La religión contribuye a la forma de ejecutar el trabajo. En los países nórdicos la ética protestante se plasma y regula, al mismo tiempo, la ética del trabajo. De esta forma fomenta a la generación de riqueza. Mientras, que los países del sur europeo al ser mayoritariamente su población de la religión católica, se relacionan con la solidaridad y la cooperación, desterrar la posibilidad de competencia. Puesto que, el catolicismo promueve por sobretodo la limosna y a la beneficencia.

Es correcto afirmar, que la religión tiene una gran influencia en las naciones, incluso cuando la mayor parte de la población no es practicante. El sociólogo alemán Max Weber, destacaba en su  libro ’’La ética protestante y el espíritu del capitalismo’’, cómo el protestantismo impulsó el desarrollo del capitalismo, ya que estableció un carácter religioso al trabajo y a la creación de riqueza. De esta forma, se impuso en los países protestantes una ética y una disciplina del trabajo que no se puede visualizar actualmente en las naciones católicas, como lo son los del sur.

Según el Foro Económico Mundial, los norte y sur de Europa constan con una gran distancia competitividad. Se estima que los seis países de la Unión Europea que en mejor situación económica se sitúan en el norte de Europa. Mientras que los países del sur se encuentran en posición de inferioridad. Se considera que los del sur están la mitad de la tabla sobre 144 países.

 

El primer país que encabeza la tabla es Suiza, seguido de Finlandia, Suecia, Holanda y Alemania. Por su parte, España se encuentra en la posición número 36, y por detrás se visualiza Italia y Portugal. Grecia se sitúa en el puesto 96.

 

Cabe destacar, que la brecha entre el norte y el sur de la eurozona cuenta con un país intermedio como Francia, relegado al vigésimo primer lugar.

 

Las razones para estas disparidades en Europa, según los responsables de este índice, son: la falta de acceso a la financiación, mercados laborales rígidos y la escasa innovación en el sur de la eurozona.

 

Sin dudas, la bonanza del norte frente al sur es una diferencia muy marcada y destacable. Santiago Becerra, especialista en economía, se refiere al sur como un ‘’países periféricos’’, mientras que el norte lo destaca como ‘’lugar de países desarrollados’’.

   La vida en el norte & la vida en el sur   

‘’Los europeos del norte son más ricos y están mejor de salud’’, según datos de una macroencuesta sobre salud, y seguridad social realizada por la Comisión Europea. En la que se encuestaron 40.000 personas que viven en España, Austria, Bélgica, la República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Israel, Italia, Holanda, Polonia, Suecia y Suiza.

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El estudio revela que en los países nórdicos las personas tienen mayor calidad en el trabajo. Este  nivel de satisfacción repercute en su salud. Es de esta forma en el estudio se determina que es necesario incentivar a las personas para que trabajen más tiempo, porque si todos van a vivir más, es necesario extender la vida laboral. Pero, para ello la gente tiene que tener buena salud. Es necesario, entonces comprender que hay una clara relación entre el sistema de pensiones y un sistema sanitario que funcione bien. Por último, se destaca en el informe que en el sur esto no es visible y esto repercute en la decisión de ciertos jóvenes a migrar al norte.

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Joan Llonch Andreu profesor de marketing reivindica que los países periféricos europeos se destacan por tener un pésimo sistema sanitario, sistema público, y una mala gestión de jubilación. Esto está directamente relacionado en que en el sur prevalezca una población más envejecida, ya que debido a estas condiciones la población joven decide migrar a los sistemas políticos más desarrollados del norte.

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Por otro lado, la encuesta mencionada con anterioridad afirma que las personas que residen en los países del norte tienen una vida más feliz que los del sur, y más optimistas con respecto a su futuro cercano. Distinto a la gente que procede del sur, en especial los españoles, que se relacionan con una mirada más pesimista. Cabe destacar, que el sur siempre fue el lugar de acogida de aquellos jubilados de los países nórdicos que no generan beneficios fiscales, ya que se encuentran en una situación pasiva, y no activa. Ramon Aymerich, dice: ‘’La población joven que produce se va al norte’’.

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Santiago Becerra destaca que los jóvenes creen que ‘’vivirán peor que sus padres’’. Al mismo tiempo, según un estudio realizado por la Comisión Europea el 29% de los jóvenes que viven en el sur creen que esto no es cierto, mientras que un 43% de jóvenes que vive en el norte cree fielmente que podrán superar los estándares de vida que le han otorgado sus progenitores.

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La situación laboral actual de los jóvenes entre los dos sectores es notable, sin dudas en el norte hay más competencia, pero a la vez más posibilidad de empleo. Cabe destacar, que Alemania y Reino Unido entre el 38% y el 44% de los empleados son de tiempo completo, mientras que en  España e Italia es la mitad, 20% y 18%, respectivamente. Esto influye en la productividad, en las ganancias de las industrias, y en consecuencias en los sueldos a acceder.

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Con lo que respecta, a las causas  de la elección del trabajo, el interés por hacerlo en el sector elegido vocacionalmente es la razón común en todos los Estados, no obstante en el sur muchas veces con el afán de “evitar el desempleo” se suele elegir cualquier trabajo sin importar gustos, o incluso hasta salarios altos.

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Por otro lado, Olga Grau, periodista de economía,  afirma que si bien en el norte existe mayor posibilidad de empleo; en el sur, específicamente en España, la gran mayoría de los jóvenes decide emprender su propio negocio, de hecho un  52% quieren dedicarse al sector de las tecnologías de la información. Si bien, el primer motivo que alude al deseo desarrollar sus propias ideas (39%), la segunda causa es la dificultad de encontrar un empleo.

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En el sur, el número de jóvenes que decide tener su propio emprendimiento cada vez aumenta más. Esto enseña y anima a los jóvenes a residir en un país periférico, y a su vez explotar todo el potencial, sin perder rentabilidad económica, como se suele pensar.

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Además, tener tu ‘’propio negocio’’ significa autonomía laboral, y abandonar algo que de tanto se escapan los jóvenes hoy en día, que es la ‘’dependencia’’, y la ‘’obligación de cumplir horarios’’.

   ¿Por qué mudarse a un país nórdico?   

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El segundo compromiso reivindica el garantizar un elevado nivel de cobertura contra los riesgos del mercado. Es por eso que los trabajadores nórdicos, están constantemente capacitándose, y  buscando innovar para el momento de ejercer sus tareas laborales.

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Es así, que en el Norte se adjudica una mayor flexibilidad ante las demandas de las empresas. Por su parte, el Estado es capaz de garantizar grandes protecciones sociales para compensar los desajustes del mercado, gestando así una ‘’flexiseguridad’’.

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La flexiseguridad tiene tres aristas: la flexibilidad laboral, las políticas activas de empleo y una alta cobertura social. Para que la flexibilidad laboral y la eficiencia económica sean rentables en términos sociales, tiene que existir una alta cobertura social. Por ejemplo, en Dinamarca, un desempleado recibe por dos años el 90% de su salario anterior.

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Estas políticas, además, se fusionan una elevada dotación de servicios personales a los hogares. Es así, que por ejemplo, fue posible posible que Noruega sea el país con menor desempleo de la zona euro, con un 3,20%, y que Islandia se ubique en el séptimo lugar, con un 6 por ciento.

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También posibilitaron a estos dos países ubicarse como los dos con una menor proporción de personas en riesgo de caer en la pobreza de toda Europa, con 12,7 y 13,8 por ciento. Por su parte,  Finlandia se ubica quinta, Suecia séptima y Dinamarca décima.

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Con respecto a la desigualdad, Noruega es el país europeo con el coeficiente de Gini más bajo (22,6), Islandia es el tercero (24), Suecia es el quinto (24,9) y Finlandia, el octavo (25,9).

Mientras que el  índice de desarrollo humano Noruega encabeza la lista, con 0,955. Suecia está en el octavo lugar, con 0,916.

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Otro de los éxitos del modelo de bienestar nórdico, como se mencionó con anterioridad,  es la prestación de servicios públicos gratuitos, pero de calidad. Si bien, no son verdaderamente gratuitos, puesto que los usuarios pagan por ellos vía impuestos, la única manera de que la gente  pague tasas elevadas es brindar un buen servicio.

Por eso no piensan los hospitales y las escuelas públicas solo para los sectores de bajos recursos, sino también para las más exigentes clases medias, que son las que a su vez contribuyen un aporte impositivo mayor.

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Si los sectores medios también disfrutan de los beneficios del sistema público, se crea un círculo virtuoso. Actualmente, las tasas impositivas medias en los países nórdicos están en 45, 50%, por eso Noruega es el segundo país del mundo que más dinero invierte en salud en relación a su población, 8.987 dólares per cápita. Dinamarca se encuentra en la sexta posición, con 6.684 dólares, y Suecia en la décima, con 5.331.

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Esa inversión favoreció en consecuencia a un éxito notable en la reducción de la mortalidad infantil. Por su parte, el país con la tasa más baja del mundo es Luxemburgo, con 2,2 cada 1.000 nacimientos, pero luego vienen Islandia, Noruega, Finlandia y Suecia.

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Además, Joan Llonch Andreu destaca la importancia de la credibilidad y bajas tasas de corrupción para gestar un correcto modelo socioeconómico. El profesor alude que España, por ejemplo existen altas tasas de corrupción de su clase política, lo que termina debilitando al estado de bienestar como modelo. Mientras, que en los países nórdico las tasas de corrupción son muy bajas o nula en ciertos caso, y eso aumenta la confianza por parte de la sociedad a sus gobernantes.

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Joan Llonch Andreu menciona la importancia de establecer instituciones democráticas de calidad.  Por eso, es correcto afirmar que los notables estándares de vida alcanzados en los países nórdicos, son consecuentes de la calidad de sus instituciones democráticas. Es así que Dinamarca es el país con mejor puntaje (91) en el ranking de percepción de la corrupción que realiza Transparencia Internacional. Finlandia y Suecia aparecen terceros con 89, y Noruega quinto con 86.

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Los nórdicos constan con una dirigencia política muy controlada, y en donde se recibe sanciones en caso de irregularidades. Según la ONG World Justice Project. Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia encabezan la lista de los que mejor se sitúan a nivel mundial. Además, se destacan por ser los Estados con mayor libertad de expresión. Según la misma ONG, Noruega está en el quinto lugar, y Finlandia en el séptimo.

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Por otro lado, hay quienes comentan que los países nórdicos tienen mayor tendencia al suicidio. Santiago Becerra, explica que esto solo sucede en Finlandia, y Suecia, con tasas de 29 porciento. Además, afirma que es erróneo adjudicar dicha apreciación a todos los países del norte. De hecho, establece que es información usada para desacreditar los logros sociales de los países nórdicos a causa de  supuestamente elevadas tasas de suicidio. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en promedio, en los países del norte se producen 19,8 suicidios cada 100.000 habitantes. Si bien es una tasa alta, es un índice que está apenas por encima de la media de Europa Occidental, que es de 17,2.

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Por otro lado, la OMS enseña que las regiones con problemas serios con el suicidio tienen estadísticas mucho más altas. Por su parte, Europa del Este, donde la tasa asciende a 34,9, por ejemplo: Rusia consta con una tasa de 53,9 y Lituania, de 61,3. Esto no significa que los países nórdicos carezcan de problemas, visto que no hay sociedades sin conflictos ni vicios. No obstante, hablar de suicidios en Europa del norte, no puede, tal como expresa Becerra, ‘’ser una característica descriptiva de la zona’’, sino sí su ‘’gran desarrollo y sistema socio-económico’’.

Al momento de optar migrar al norte hay diversas cuestiones que influyen para tomar la decisión, la ‘’flexiseguridad’’ es uno de los principales motivos. Reivindica la estabilidad económica, laboral, que se da en estos Estados y permite accionar de forma segura y confiada, sin miedo a un posible riesgos producto de malas prácticas gubernamentales.

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La historia de la modernidad ha enseñado que una de las cosas más difíciles de establecer es imponer un mercado de trabajo que garantice, al mismo tiempo, protecciones sociales y niveles elevados de eficiencia y competitividad. En la mayoría de los casos, los países tuvieron que optar por trabajar solo una, y así descuidar la otra.

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Sin embargo, los países nórdicos han logrado trabajar ambas cuestiones, y eso es lo que los hace éxito, y ser elegido como lugar ideal de residencia.

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Los países nórdicos asumieron tres compromisos duraderos: un primer compromiso con la apertura comercial y con la calidad y la competitividad de las empresas, apoyadas sobre la autorregulación del mercado de trabajo (minimizando el intervencionismo legal), la inversión masiva en recursos humanos desde el sector público, y el pleno empleo de la población (aunque con elevada rotación en los puestos de trabajo). A su vez, el pacto social implícito establece que las rentas salariales sean consecuentes de una mejor productividad, evitando la inflación de costes para preservar a la competitividad.

PAÍSES             DESARROLLADOS

   ¿Por qué vivir en el sur de Europa?

El sur es el mejor lugar para descansar’’, frases que se suelen escuchar entre los jóvenes europeos.

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El sur europeo: España, Portugal, Italia y Grecia, se beneficia de su geografía,  de un clima primaveral durante todo el año y muy pocos días de frío, que lo convierten en un cuasi paraíso. La riqueza y la calidad de los productos, su tradición culinaria, transforman la gastronomía de la zona en una de las más aclamadas del mundo. Su cultura de ‘’vivir la vida’’, de ‘’goce’’, y de ‘’el problema que tenés hoy lo tendrás mañana, así que ve por unas birras’’, es la forma con la que se estructuran.

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Tal como expresa Ramón Aymerich, quizás no tienen un ‘’nivel industrial imponente’’, pero lograron hacer un gran negocio a partir de principalmente el turismo. Sin olvidar la industria pesquera, la ganadera y la agrícola.

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Hoy es sinónimo del lugar que seleccionan los europeos para ‘’frenar con el caos del norte’’, es el lugar donde vienen a residir los jubilados del norte, donde acceden  grandes olas migratorias latinoamericanas y africana. Joan Llonch Andreu dice que el sur hay lugar para todos. Si bien los sueldos son más bajos, cada persona encuentra un empleo para ejercer. Incluso aquellos inmigrantes que el mundo suele ‘’prohibir la entrada’’, son bienvenidos para hacer aquellos oficios que nadie quiere, como por ejemplo: trabajar en sector de limpieza, vender en pequeños mercados durante largas jornadas laborales entre otros.

PAÍSES perifÉricos

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Además, estos países constan con niveles de vida asequibles. Puesto, que si bien los sueldos son inferiores a los del norte, es posible recaudar el dinero necesario para residir en un hogar digno, pagar impuestos, y llegar sin problemas a fin de mes.

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No obstante, hay ciertas cuestiones que los jóvenes deben considerar antes de migrar al sur. Sin duda, tal como expresa Santiago Becerra, el ‘’sur es la periferia, y el norte el desarrollo’’. Esto quiere decir  que tanto España, Portugal, Italia y Grecia son países vulnerables frente a las turbulencias de los mercados internacionales.

El primer rasgo estructural del síndrome que se destaca, tal como anunciamos anteriormente, es el alto grado de debilidad y corrupción de sus instituciones, afirma Joan Llonch Andreu.

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Transparency International alude a la corrupción como “el abuso del poder encomendado para beneficio personal” y en su índice mide la percepción de los niveles de corrupción en el sector público de un total de 177 países. Según dicha ONG, Portugal se ubica en el puesto 38°, España 40°, Italia 69° y Grecia 80°.

Por su parte, el Informe 2013-14 del Foro Económico Mundial sobre competitividad global gradúa la solidez institucional de los países, ubicando a Portugal en el lugar 46 de 147 países, España en el puesto 58, Italia en el 102 y Grecia en el 103. Esta debilidad institucional  refieren el mal uso de fondos públicos hasta el despilfarro de sus recursos.

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La segunda característica estructural común refiere a la baja tasa de ocupación de la población en edad de trabajar (15-64 años).  Tal como se expresó anteriormente, los jóvenes de los países del sur de Europa son los que menos trabajan y los que más tarde dejan el hogar familiar. Con lo que respecta a las mujeres, la tasa de ocupación se ubica entre 20 y 30 puntos porcentuales por debajo de las registradas en los países del norte del continente.

Según OCDE prevalecen tasas de empleo, en el grupo conformado por las personas de entre 15 y 64 años, de 49,3% en Grecia, 55,6% en España, 56,4% en Italia y 60,6% en Portugal.

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El tercer rasgo estructural que comparten España, Portugal, Italia y Grecia hace referencia a la baja competitividad. Esto significa la falta de habilidad comparativa de estos países para desarrollar y obtener recursos productivos así como utilizarlos para el beneficio colectivo.

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La competitividad destaca un ambiente institucional y macroeconómico estable, que transmita confianza fomentando el desarrollo de mejores capacidades productivas y empresariales así como la llegada de capitales y tecnología. Según el Foro Económico Mundial (2013), quien mide una serie de aspectos determinantes para la prosperidad económica y la competitividad, en el ranking global de competitividad, España se sitúa en el puesto número 35, Portugal en el 51, Italia en el 49 y Grecia en el 91.

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Por último, como cuarto rasgo estructural es necesario destacar el bajo nivel de innovación y de la educación superior de dichos países. La innovación refiere a la capacidad de generar o encontrar ideas nuevas, seleccionarlas, ejecutarlas, combinarlas y comercializarlas con éxito. Es la capacidad competitiva del capital humano y de las empresas de un país que reivindica la eficiencia de su sistema nacional de innovación, lo que está directamente relacionado con la calidad de su sistema educativo, de sus niveles de inversión en investigación científico-tecnológica, de si se premia salarialmente o no al talento, y de la solidez de su sistema de patentes y de protección de la propiedad intelectual. Joan Llonch Andreu dice: ‘’En el sur hablamos de una migración intelectual. Puesto que, si bien existen personas preparadas, aunque sea una minoría con respecto a la competencia de los países del norte, aún así deciden mudarse para los Estados más desarrollados de Europa. Ya que las posibilidades de instruirse, y crecer a nivel profesional son mayores. Esto produce, en el sur ‘’gran falta de talento’’, y consecuentemente afecta en su desarrollo.

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Esto es visible, por ejemplo en la cantidad de patentes realizadas en un año. Según OCDE se estima que España llega apenas a las 3,5 patentes, Portugal a 0,9 y Grecia a 0,7. Sólo Italia constan con niveles  más altos, 9,8, aún así no se asemeja con el grupo de países del norte.

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En cuanto a la educación superior, según QS World University Rankings 2014-15. Entre las 150 mejores universidades del mundo no hay ninguna radicada en España, Italia, Portugal y Grecia. De esta forma, es correcto afirmar que los países sureños constan con altos grados de vulnerabilidad. No obstante, estos factores pueden pasar desapercibidos si el objetivo de la migración es buscar un estado de vida más tranquilo, y disfrute diario de la rutina laboral.

   Consecuencias en la economía de cada sector   

La decisión de los jóvenes de migrar hacia el norte o hacia al sur, sin dudas repercute en la economía de ambos sectores.

 

En primer lugar porque genera que en el sur haya mayor cantidad de población pasiva, y envejecida. Visto que tal como expresa Ramón Aymerich el sur es el lugar preferido para migrar de la gente jubilada, sobre los jóvenes. Esto concluye en que aumente en los países periféricos el número de gente mayor, población envejecida; como así también el número de gente que no se encuentra en situación de trabajo, por ende no rinde económicamente al sistema.

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En segundo lugar, los jóvenes que desean consagrar el éxito laboral o educativo optan por ir al norte, visto que hay mayores empresas, posibilidades de trabajo, salarios más altos, y un sistema educativo prometedor. Joan Llonch Andreu tal como se anuncia con anterioridad dice que el sur sufre de ‘’fuga de cerebros’’.

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No obstante, visto que el sustento económico o educación no es lo único esencial para migrar. Hay jóvenes, aunque sea la minoría, que deciden migrar al sur para mejorar su calidad de vida. Puesto que, si bien el sur no consta con los mejores propuestas gubernamentales, el mejor sistema de servicios público; la cultura social, su geografía, permite a los ciudadanos residir con un régimen más tranquilo, y pasivo, desterrando el caos del norte. Además, si bien los países del sur son periféricos y se encuentran en una crisis socio-económica, hay jóvenes activos que deciden apostar y emprender en la zona.  

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Por último, cabe destacar, que si bien actualmente se vive en una sociedad globalizada, y la era de la virtualidad permite vivir en un territorio pero trabajar en otro. Generalmente, la mayor cantidad de ganancias las obtiene el norte, ya que las industrias de origen se encuentran allí.

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Ni el sur, ni el norte pueden asegurar el éxito, a pesar de que ciertas características de cada sector lo promueva o no. Hay distintas razones para elegir un lugar o el otro, pero es importante comprender cuál objetivo de vida de cada joven para tomar la decisión antes de emprender viaje. Quizás algunos lo hagan antes que otros, pero lo importante es que estén seguros de su acción y sepan las posibles consecuencias que esto puede traer su vida, y en la sociedad en la que vivan.

THE ECONOMICZ
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