Víctor Catalá nos sumerge en el mundo de la economía para entender la crisis del 2007
Agustina Caprino
¿Se han parado alguna vez a pensar porque es que un país cae en crisis, que la genera? ¿Qué o quiénes están detrás moviendo la varita y dirigiendo la orquesta de la economía del mundo? Hay preguntas que la gente prefiere no hacerse y evitarlas, dando por sentado que sus respuestas son solo para unos pocos afortunados. Así, solemos caer en la creencia; y sí, yo también me incluyo en este grupo; de que la economía es como una bestia indomable e inentendible ante la cual, solo nos queda la opción de observar y mantener cierta distancia. Cuando era pequeña y preguntaba a los mayores, todos me daban la misma respuesta: “La economía es como un planeta marciano, está lejos, y no se puede ver ni entender”. Al comienzo con esto bastaba para que después de unos segundos regresar a mi rutina como si nada, pero a medida que fui creciendo esta pseudo respuesta fue quedando cada vez más corta. Luego de 21 años de mantener esta creencia, me di cuenta de cuán errada estaba.
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Para aquellos que no lo crean, tienen aquí en sus manos las pruebas. ¡Quiero entender la economía! de Víctor Catalá, economista licenciado de la Universidad de Barcelona, es un libro económico que busca dotar al lector de los conceptos básicos para entender el funcionamiento del mundo económico y la crisis Española del 2007. En el mismo, el autor logra desmitificar las dificultades que plantea esta ciencia y ponerla de manera sencilla y didáctica al alcance de todos. Es así, que presenta conceptos como el de inflación, crecimiento económico, deuda pública y privada, política monetaria, y otros más; que permiten a cualquiera que no tenga conocimiento del tema comprenderlo.
La idea del libro comenzó a tomar forma en las charlas de sobremesa entre Catalá y sus amigos, en dónde a menudo aparecía el tema de la crisis, y el se esforzaba en explicarles de la manera más sencilla posible los mecanismos que regían la economía. Esto lo llevó a pensar en explicaciones para muchos aspectos de la economía y la crisis, que luego vió la necesidad de volcarlos en papel. La idea era escribir un manual sencillo y original de macroeconomía, relacionándolo con la crisis de 2007.
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Pero, ¿Qué es lo que diferencia de los miles de libros de economía que existen hoy en día? Desde la primer frase de apertura dónde comienza diciendo: “Un día mi sobrino me dijo”, Catalá nos anticipa un estilo novedoso y poco convencional que rompe con el común denominador de los textos tradicionales de economía. La estructura se plantea desde una conversación entre el autor y su sobrino, en dónde los dos personajes se van complementando e intercambiando ideas que facilitan al lector su seguimiento. Su guión en formato pregunta – respuesta, permite a su vez simplificar la forma de llegar al lector. El sobrino, quien desconoce completamente sobre los conceptos de la economía juega aquí el papel del lector, haciendo todas las posibles preguntas que le pudieran surgir a medida que van apareciendo nuevas ideas.
Además, para hacer su lectura más amena, la obra se divide en once subtitulos, en donde se resumen cada uno de los puntos que conforman la gran fórmula económica. Esta forma de embutido permite que poco a poco el lector se vaya adentrando en una mayor profundidad de conceptos. Por último, vale destacar su elección de tono y vocabulario, que, a diferencia de muchos libros de teoría económica, presenta un lenguaje sencillo que forma parte de la jerga cotidiana. Esto se acompaña, de una variada cantidad de ejemplos que, aunque muchos alegan que pueden resultar complicados de comprender, yo creo que resultan muy útiles para llevar la abstracción de la teoría a casos más tangibles y cercanos.
Llegando al final de la obra, el autor da a conocer su opinión sobre la recesión económica del 2007 aplicando todos los conceptos que se explicaron y sugiriendo posibles soluciones que podrían aplicar los gobiernos. De esta manera logra combinar todo lo mencionado, que muchas veces puede sonar lejano y abstracto, para trasladarlo a la realidad de España.
En conclusión, aunque muchos critiquen su falta de profundización en temas de tal complejidad, creo que Víctor Catalá ha sabido leer a su público y hecho un trabajo destacable de traducción. Esta vez, ninguna distancia es tan lejana, y ningún lenguaje tan complejo. Unas pocas hojas y un poco de interés, son lo único que se necesita para viajar al planeta marciano de la economía. Por eso los invito a adentrarse en el mundo de la economía con Victor Catalá.
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