Sergi Pérez
Las cifras son claras, el mercado laboral ha reducido a la mitad el volumen de empleo pre-crisis entre los menores de 30 años, mientras que alrededor de medio millón de jóvenes emigra en busca de oportunidades y, un gran número de ellos prolonga o retoma sus estudios con el horizonte de una recuperación efectiva de la economía.
Esta paradójica situación da forma al rompecabezas diario de miles de jóvenes españoles pertenecientes a la generación mejor formada del país. Una generación que sin embargo ha visto notablemente sesgadas sus oportunidades de construir un proyecto vital digno en base a su formación y proyección de futuro.
Y es que una década después del estallido de la crisis a finales de 2007, la presencia de los jóvenes españoles en el mercado laboral se ha visto reducida casi a la mitad. Según la EPA (Encuesta de Población Activa), a lo largo de este periodo de supuesta ‘recuperación económica’ la cifra de desocupados entre 16 y 30 años ha pasado de 4,9 a 2,5 millones, es decir, un crecimiento del paro juvenil de un 45%.
La aplicación de las actuales políticas para la creación de empleo, no sólo han propiciado soluciones insuficientes a la vez que precarias, si no que han resultado ineficaces y contraproducentes para el conjunto de la población joven.
E aquí pues, el advenimiento de un panorama en el que España sacrifica el talento y potencial de sus nuevas generaciones a cambio de intentar sacar a flote un país a corto plazo.
Comments