Comer rico y sano, el ‘boom’ de la comida orgánica
María Sofía Muratore
📷
Adiós a las hamburguesas, la comida rápida, los bares de barrio. Basta de grasas, azúcares que lo único que hacen es aumentar tu contextura corporal afectando tu salud. Es así que en el siglo XXI le damos la bienvenida al mercado saludable, y con ello al ‘boom’ de la comida orgánica.
Aquella ensalada aburrida, detestable por todos, cobra vida y se vuelve un producto innovador de consumo. Hay quienes creen que es solo una idea de marketing, lo cierto es que para considerarse un producto manufacturado es necesario cumplir con una serie de requisitos.
Los productos orgánicos son aquellos que son producidos a través técnicas no contaminantes. Para que un producto sea nombrado como orgánico tiene que cumplir con los siguientes parámetros: no puede ser creado con productos de síntesis química; deben ser cosechados en espacios en los que sea esencial cuidar la tierra; prácticas para conservar la tierra y sus nutrientes; deben contar con el certificado avalado por una institución que responda a que son productos orgánicos; y por último, deben gestionarse con recursos naturales.
De esta forma, el producto final está limpio de residuos químicos, y consta con un valor nutricional y un sabor más intenso mayor que cualquier producto usual que consumimos. A su vez, la producción de estos productos tiene como fin preservar el medio ambiente.
Cabe destacar, que la certificación orgánica es muy importante en la producción. Si bien, muchos negocios tienden a considerarse ‘’orgánicos’’, de no tener el consentimiento de una institución no pueden denominarse de tal forma. Los organismos certificadores vigilan regularmente los procesos y comprueban que cumplan con los requisitos necesarios.
Según el gobierno Español, se estima que en el país durante 2015 se obtuvieron 1.059,6 millones de euros en productos orgánicos, el 23,4% de las ventas totales y el 18,9% en volumen. Los productores afirman que el consumidor es cada vez más consciente de las implicaciones que la alimentación, y los cuidados que hay que tener al respecto. Es así que preservar la salud y bienestar se ha vuelto el gran desafío de los empresarios, y esto también afecta a la industria alimenticia.
En todo el mundo, el comercio de productos orgánicos está creciendo radicalmente y se está convirtiendo en los primeros en venta. Las tasas de crecimiento del sector del pasado 2017 enseñan que los productos orgánicos, que antes solo abastecen a pequeños mercados, hoy son líderes hasta de supermercados y abundan en los grandes canales de distribución.
En Italia hay más de 30,000 agricultores certificados. En los países escandinavos como Suecia y Finlandia, y en Suiza, aproximadamente el 8% de la agricultura es orgánica (certificada).
Sin duda nos encontramos en el ‘boom’ de lo verde. Aunque para algunos críticos estamos hablando de una ‘’simple’’ moda más de esta generación. Es esencial afirmar que comer comida orgánica a pesar de ‘’tan nuevo’’ que parezca es volver al pasado. Es volver a la era en la que no existía la industrialización, la velocidad hasta para comer, y en la que la gente disfrutaba de cada bocado. Comer comida orgánica no es ‘’no comer’’, es comer productos sin químicos y que preserven la naturaleza. Y así como en los 90’ reinaba la comida rápida, hoy reina la racionalidad, el bienestar. En síntesis, cuidarse y comprender que ‘’somos lo que comemos y comemos los que somos’’.
Comments